viernes, 13 de diciembre de 2013

Mis labios son cubiertos por la venda


Mis labios son cubiertos por la venda,
la mordaza terrible y duradera
que nos tapa la boca, y es frontera
entre nuestra verdad y nuestra senda.

Mis ojos, sumergidos en lo oscuro,
en el camino ciego que se extiende
hasta una arboleda donde un duende
desgarrará, malévolo, el futuro.

Querría yo rasgar estas cadenas
que nos arrastran prestos al olvido
para poder reírme de las penas,

pero su peso es tanto, que perdido
me arrastran sin cesar a las arenas
para al final, solo morir vencido.

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