sábado, 29 de marzo de 2014

El juicio a los inocentes (VI)


Juzga quien es culpable al inocente
(lágrimas se derraman de las nubes),
juzgan al no-creyente los fanáticos
(lágrimas de mi sangre derramadas),
juzgan los amorales a los puros –
Fácil es el juzgar, cuando no sufres...
Él no volverá, pues nunca existió.

jueves, 27 de marzo de 2014

El juicio a los inocentes (V)


La Tierra es dominada por la envidia,
su número ya marca hasta el amor;
los besos encendidos y nocturnos
se salvan por ahora del abismo
huyendo, acelerados, hacia el cielo
dejando tras de sí el viejo rastro:
indecibles llantos, largas tristezas.

miércoles, 26 de marzo de 2014

El juicio a los inocentes (IV)


Y en la noche se erigen los patíbulos
donde llevan las bestias a los hombres,
donde gritan los niños hacia el viento,
donde cuelgan cadáveres los perros
y se pudren los buenos y los mansos,
los sinceros y fieles,... los mejores.
¡Ha llegado el juicio a los inocentes!

martes, 25 de marzo de 2014

El juicio a los inocentes (III)


Siete son las trompetas que lo anuncian,
siete serán las copas derramadas,
siete son los pecados sin virtudes
(Oh, virtudes perdidas, ¿dónde estáis?,
¿dónde yacéis, dormidas en el barro?,
¿dónde os quedasteis solas y calladas?). –
Él no volverá, pues nunca existió.

lunes, 24 de marzo de 2014

El juicio a los inocentes (II)


La gran bestia, sedienta de pecados,
con furia incontenible arrasa pueblos,
ciudades, continentes infinitos;
su ejército de ciegos esquilmando
la vida, los abrazos, las caricias:
lo humano que nos queda tras sufrir
indecibles llantos, largas tristezas.


domingo, 23 de marzo de 2014

El juicio a los inocentes (I)


En el cielo resuenan las trompetas,
en la tierra los mares y los ríos
con la sangre del hombre se desbordan
y el hambre, la peste, guerra y muerte
ya cabalgan sin pausa por los campos
conduciéndonos hacia Armagedón.
¡Ha llegado el juicio a los inocentes!

martes, 11 de marzo de 2014

Cuando retumba el viento


Cuando retumba el viento con su tambor maligno
y de las tumbas se alza un quejido sonoro
que vibra por el mundo con furibundo grito;

cuando muere el momento, engullido en el todo
(el ayer desolado, el futuro baldío),
cuando reina el silencio, el callado rescoldo...

A través de los cielos, como un ángel caído,
las estrellas se rasgan en la noche de enero
porque caiga profundo el poeta maldito

diciendo con un gesto: «Mi pecado no entiendo
pero el castigo es vano, porque siempre prefiero
reír en el infierno a llorar en el cielo.»

sábado, 1 de marzo de 2014

Escuchad el retumbar de los tambores


Seguid aplaudiendo a los perros
que os arrastran hacia el desastre.
Seguid aplaudiendo a las hienas
que comerán vuestros despojos.
Seguid aplaudiendo.
Seguid aplaudiendo.

Seguid alabando a los nazis
a los que alimenta el imperio.
Seguid alabando a la muerte
y matando la inteligencia.
Seguid alabando.
Seguid alabando.

Ahora escuchad los aviones
de los que desciende la plaga.
Ahora escuchad la tormenta
que estáis provocando en el este.
Escuchad.
Escuchad
el retumbar de los tambores.
El futuro amenaza guerra.