sábado, 17 de mayo de 2014

Anatomía de la sensación


Muerte,
vida,
las calles
vacías
y los mares
son de lágrimas.
El sol, el viento,
los cisnes muertos
y aullidos de gente
envueltos en llamas.

Mensajes sin respuesta
que esperan ser leídos,
los perros abandonados
llenan la noche con gritos
y prostitutas con descaro
que se drogan en las esquinas.
Los borrachos cantan las canciones
que en la noche elevan a los dioses
en un mundo de gente con ojeras
que castiga a los hombres con desdicha

se canta a la muerte. Se canta a la muerte

que castiga a los hombres con desdicha
en un mundo de gente con ojeras
que en la noche elevan a los dioses.
Los borrachos cantan las canciones
que se drogan en las esquinas
y prostitutas con descaro
llenan la noche con gritos.
Los perros abandonados
que esperan ser leídos.
Mensajes sin respuesta

envueltos en llamas
y aullidos de gente.
Los cisnes muertos,
el sol, el viento,
son de lágrimas
y los mares
vacíos,
las calles,
ríos,
muerte.

sábado, 10 de mayo de 2014

Odessa


En el este liberan los demonios
de la guerra y la muerte, el cielo tiñe
a sus nubes con sangre de inocentes
que en el fuego se mueren indefensos.

En el oeste se nos miente siempre;
en el oeste no se ven las víctimas
si no las cubren barras y estrellas
u otras insignias llenas de ignominia.

En el este los nazis avasallan
y patrullan las calles con sus botas
tan manchadas de sangre como antaño
mientras violan a niñas sin piedad
y cuelgan a gente.

La muerte y la sangre,
la mentira y la guerra,
y el grito de las niñas...

Las palabras y el ritmo se deshacen
en lágrimas
y con un grito sordo
se rompen las formas
para denunciar la injusticia
y a los perros que matan
en el este
y a los perros que callan
en el oeste.

lunes, 5 de mayo de 2014

Un carpe diem negado


«Carpe diem», nos dijeron
los antiguos, «coged rosas.»
Y era bueno. Y lo hicieron
sumergiéndose en el vino,
en las espirituosas
bebidas... Nunca supieron
que, de entre todas las cosas,
se borraría el camino...

Y los momentos, ¡borrados!;
y los besos que, sinceros,
llenaban el aire de hados
propicios, de estrellas claras
y brillantes cual luceros,
de nuevos sueños... ¡borrados
para todos los obreros
que los lloran tras sus caras!

Y se acumulan los males
como un cetáceo varado
atrapado en hospitales
sin ver nunca amanecer.
Un carpe diem negado:
vivimos como inmortales
en un mundo condenado
a morir y perecer.