martes, 2 de septiembre de 2014

A García Lorca


Algo jugaba en tus versos
con la sonrisa de un niño,
con las flores y los besos
y la luz de los sentidos;
pero cortaron del cielo
los jazmines y los libros.
«¡Federico!, ¡Federico!»,
pregunta la tierra al trigo,
«¡Federico!, ¿a dónde has ido?»

No te mataron cuchillos
sino un perdigón de sangre
que resonó como un grito
por entre los olivares
(un retumbar asesino
con esqueleto de alambre.)
«¡Federico!, ¡Federico!»,
susurra la rosa al lirio,
«¡Federico!, ¿a dónde has ido?»

Tuyo el recuerdo del búho
surge entre sus grandes ojos,
tuyo el silencio del luto
y el resoplar de los toros;
con el toque de difuntos
mueren los cisnes hermosos.
«¡Federico!, ¡Federico!»,
lamenta el viento al rocío,
«¡Federico!, ¿a dónde has ido?»

sábado, 26 de julio de 2014

El dolor


Decir que solo en el dolor confío
es razonable, necesario, incluso;
porque lo que no soy es un iluso
sino un conocedor del negro hastío

que nos devora pronto con su trío
de inacabables horas, e inconcluso
aliento de tormentas, y difuso
batir de sucias alas sobre el río.

Decir que en dolor tengo un amigo
es descifrar con mis palabras hueras
las mil verdades de que soy testigo.

Digo, pues, con mis manos aún parteras
de las memorias que traeré conmigo
que en mi dolor se agotarán las eras.

domingo, 8 de junio de 2014

La nada


En la playa se fijan las huellas
en la arena,
pero el mar, asesino implacable, las borra y deshace.

En mi rostro se trazan arrugas
como un mapa de angustias y penas
para en polvo quedarse
cuando muera.

En papel se registran ideas
que mañana serán olvidadas
y, al final, danzarán en el viento
cual retazos de plumas.

Un camino repleto de pérdidas,
una noche de imágenes pardas,...
El dolor que provoca el que todo se acabe
y triunfe la nada.

miércoles, 4 de junio de 2014

En marcha


En las calles resuenan
los gritos de las gentes y en palacios
antiguos se deshacen los emblemas
al sonar de los cantos.

¡Grita, pueblo, grita!

De Coruña a Sevilla
las plazas amanecen con banderas
tan nuevas, que envejecen las polillas
y se rompen las reglas.

¡Canta, pueblo, canta!

Desde Lleida a Granada
lo viejo se estremece con espanto
al ver que se le acaba la esperanza
de seguir estafando.

¡Marcha, pueblo, marcha
por las calles y pueblos de esta España
sumergida en fantasmas!

sábado, 17 de mayo de 2014

Anatomía de la sensación


Muerte,
vida,
las calles
vacías
y los mares
son de lágrimas.
El sol, el viento,
los cisnes muertos
y aullidos de gente
envueltos en llamas.

Mensajes sin respuesta
que esperan ser leídos,
los perros abandonados
llenan la noche con gritos
y prostitutas con descaro
que se drogan en las esquinas.
Los borrachos cantan las canciones
que en la noche elevan a los dioses
en un mundo de gente con ojeras
que castiga a los hombres con desdicha

se canta a la muerte. Se canta a la muerte

que castiga a los hombres con desdicha
en un mundo de gente con ojeras
que en la noche elevan a los dioses.
Los borrachos cantan las canciones
que se drogan en las esquinas
y prostitutas con descaro
llenan la noche con gritos.
Los perros abandonados
que esperan ser leídos.
Mensajes sin respuesta

envueltos en llamas
y aullidos de gente.
Los cisnes muertos,
el sol, el viento,
son de lágrimas
y los mares
vacíos,
las calles,
ríos,
muerte.

sábado, 10 de mayo de 2014

Odessa


En el este liberan los demonios
de la guerra y la muerte, el cielo tiñe
a sus nubes con sangre de inocentes
que en el fuego se mueren indefensos.

En el oeste se nos miente siempre;
en el oeste no se ven las víctimas
si no las cubren barras y estrellas
u otras insignias llenas de ignominia.

En el este los nazis avasallan
y patrullan las calles con sus botas
tan manchadas de sangre como antaño
mientras violan a niñas sin piedad
y cuelgan a gente.

La muerte y la sangre,
la mentira y la guerra,
y el grito de las niñas...

Las palabras y el ritmo se deshacen
en lágrimas
y con un grito sordo
se rompen las formas
para denunciar la injusticia
y a los perros que matan
en el este
y a los perros que callan
en el oeste.

lunes, 5 de mayo de 2014

Un carpe diem negado


«Carpe diem», nos dijeron
los antiguos, «coged rosas.»
Y era bueno. Y lo hicieron
sumergiéndose en el vino,
en las espirituosas
bebidas... Nunca supieron
que, de entre todas las cosas,
se borraría el camino...

Y los momentos, ¡borrados!;
y los besos que, sinceros,
llenaban el aire de hados
propicios, de estrellas claras
y brillantes cual luceros,
de nuevos sueños... ¡borrados
para todos los obreros
que los lloran tras sus caras!

Y se acumulan los males
como un cetáceo varado
atrapado en hospitales
sin ver nunca amanecer.
Un carpe diem negado:
vivimos como inmortales
en un mundo condenado
a morir y perecer.

viernes, 11 de abril de 2014

Como una nube, solo caminaba


Como una nube, solo caminaba
flotando sobre valles y colinas
cuando, de golpe, vi una alejada
multitud de narcisos infinita
cercana al lago, como sombra de árbol
en la brisa moviéndose y bailando.

Persistentes, como estrellas que brillan
y centellean en la Vía Lactea,
se extendían en infinita línea
en los márgenes de la blanca playa.
Diez mil de una mirada pude ver
con sus cabezas meciendo a la vez.

Las olas bailaban tras los narcisos
pero no superaban su alegría.
Ni puede sino alegrarse el divino
poeta en su tan feliz compañía;
miré, y miré, pero poco pensaba
la riqueza que esa vista me daba.

Cuando descanso ahora en mi sofá
con la mente soñando con la nada
se me aparece su visión fugaz
en la imaginación tan deseada
y mi corazón resuena con brío
para danzar con dorados narcisos.



Nota: Traducción de un poema del autor romántico inglés William Wordsworth: "I wandered lonely as a cloud".

viernes, 4 de abril de 2014

El juicio a los inocentes (VII)


Este es el juicio, como siempre ha sido;
en infinitas vueltas se nos muestra,
es recurrente, y lo será por siempre
si no aprendemos a mirar al otro
con el amor que nosotros queremos,
con las palabras que ya nunca suenan
con los ecos puros del corazón.

sábado, 29 de marzo de 2014

El juicio a los inocentes (VI)


Juzga quien es culpable al inocente
(lágrimas se derraman de las nubes),
juzgan al no-creyente los fanáticos
(lágrimas de mi sangre derramadas),
juzgan los amorales a los puros –
Fácil es el juzgar, cuando no sufres...
Él no volverá, pues nunca existió.

jueves, 27 de marzo de 2014

El juicio a los inocentes (V)


La Tierra es dominada por la envidia,
su número ya marca hasta el amor;
los besos encendidos y nocturnos
se salvan por ahora del abismo
huyendo, acelerados, hacia el cielo
dejando tras de sí el viejo rastro:
indecibles llantos, largas tristezas.

miércoles, 26 de marzo de 2014

El juicio a los inocentes (IV)


Y en la noche se erigen los patíbulos
donde llevan las bestias a los hombres,
donde gritan los niños hacia el viento,
donde cuelgan cadáveres los perros
y se pudren los buenos y los mansos,
los sinceros y fieles,... los mejores.
¡Ha llegado el juicio a los inocentes!

martes, 25 de marzo de 2014

El juicio a los inocentes (III)


Siete son las trompetas que lo anuncian,
siete serán las copas derramadas,
siete son los pecados sin virtudes
(Oh, virtudes perdidas, ¿dónde estáis?,
¿dónde yacéis, dormidas en el barro?,
¿dónde os quedasteis solas y calladas?). –
Él no volverá, pues nunca existió.

lunes, 24 de marzo de 2014

El juicio a los inocentes (II)


La gran bestia, sedienta de pecados,
con furia incontenible arrasa pueblos,
ciudades, continentes infinitos;
su ejército de ciegos esquilmando
la vida, los abrazos, las caricias:
lo humano que nos queda tras sufrir
indecibles llantos, largas tristezas.


domingo, 23 de marzo de 2014

El juicio a los inocentes (I)


En el cielo resuenan las trompetas,
en la tierra los mares y los ríos
con la sangre del hombre se desbordan
y el hambre, la peste, guerra y muerte
ya cabalgan sin pausa por los campos
conduciéndonos hacia Armagedón.
¡Ha llegado el juicio a los inocentes!

martes, 11 de marzo de 2014

Cuando retumba el viento


Cuando retumba el viento con su tambor maligno
y de las tumbas se alza un quejido sonoro
que vibra por el mundo con furibundo grito;

cuando muere el momento, engullido en el todo
(el ayer desolado, el futuro baldío),
cuando reina el silencio, el callado rescoldo...

A través de los cielos, como un ángel caído,
las estrellas se rasgan en la noche de enero
porque caiga profundo el poeta maldito

diciendo con un gesto: «Mi pecado no entiendo
pero el castigo es vano, porque siempre prefiero
reír en el infierno a llorar en el cielo.»

sábado, 1 de marzo de 2014

Escuchad el retumbar de los tambores


Seguid aplaudiendo a los perros
que os arrastran hacia el desastre.
Seguid aplaudiendo a las hienas
que comerán vuestros despojos.
Seguid aplaudiendo.
Seguid aplaudiendo.

Seguid alabando a los nazis
a los que alimenta el imperio.
Seguid alabando a la muerte
y matando la inteligencia.
Seguid alabando.
Seguid alabando.

Ahora escuchad los aviones
de los que desciende la plaga.
Ahora escuchad la tormenta
que estáis provocando en el este.
Escuchad.
Escuchad
el retumbar de los tambores.
El futuro amenaza guerra.

martes, 25 de febrero de 2014

El abismo


Algún rumor sordo se escucha en las calles
cuando los borrachos agitan sus vasos,
palabras terribles entre los parados:
dos golpes de estado y la gente aplaude.

En nuestras fronteras se mata a la gente
(y suena el aplauso); y, mucho más cerca,
ya llegan las multas a los que protestan;
y la policía saquea las sedes

donde el pueblo aún habla con su voz cansada
de tanta mentira, de tanta avaricia,
de los salvapatrias que todo codician
repletos de halagos de mentes domadas.

Al este a los nazis de cara de niño
también se le aplaude, y ya habrá momento
para combatir al fuego con fuego...
Vamos de cabeza al abismo.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Una historia coruñesa (II)



  Subieron las viejas escaleras con calculada calma, una a una, sin precipitarse. La madera se combaba levemente bajo sus pies dejando en el aire su sonido característico. Allí dentro, el luminoso día parecía apagarse; tan solo unos pocos haces de luz se deslizaban por el resquicio de la puerta y los tristes ventanucos que daban hacia afuera estaban cubiertos de polvo y manchas grasientas.

  Habían quedado con Antonio y su compañera. Habían quedado con la antelación recomendada. En su casa, como venía siendo habitual. Allí tendrían mucho de lo que hablar, muchas cosas que discutir en baja voz. Un oxímoron de libro al que les obligaba la vida que los cuatro habían escogido. Una vida en la que uno debe discutir en susurros no es una buena vida, pero era la única que tenían, la única de la que sabían y la única que podían vivir. Los cuatro, en el centro de muchas más personas de discusiones susurradas.

  José y su acompañante no se dirigieron la palabra mientras subían esas escaleras. Lo hicieron en un silencio sepulcral, amenazador. Quizá hasta premonitorio. Un símbolo del largo silencio que atravesaba su tierra... o, simplemente, una pequeña precaución más de esas que seguían ya de forma natural, por la fuerza de la costumbre.

  Claro que ellos entonces aún no sabían lo que le había pasado a Antonio y a su compañera el día anterior, en una cafetería.

  Pero no tardaron en imaginárselo.

  Nada más llegar al piso al que se dirigían, doblando un recodo en los escalones, se toparon de bruces con dos tipos de aspecto siniestro en la puerta de sus amigos.

  Entonces se lo imaginaron, de forma súbita, sin tiempo para respirar, ni para pensar. Se lo imaginaron y supieron que tendrían que actuar.


 (Continuará)

martes, 11 de febrero de 2014

Autorretrato


Yo no soy buena persona,
me conozco demasiado
y me he pasado mis horas
dando vueltas a lo humano
que en el alma desemboca.

Yo no soy bien encarado,
yo respondo mal y pronto,
muchas veces me emborracho
y odio el viento, odio todo
lo que escapa de mis manos.

Yo no soy un rumor sordo,
yo hablo de las cosas ciertas,
de las que están en el fondo
tras las falsas apariencias
que se tornan en escombros.

viernes, 7 de febrero de 2014

Y así se acabaron las palabras


Y así se acabaron las palabras,
porque las palabras son mentira;
son un autómata que camina,
ciego y rodeado por la nada.

Y así se murieron las sonrisas,
porque las sonrisas son esclavas
de las memorias sin importancia
que salen volando con la brisa.

Porque las sonrisas son fugaces
y se van cuando muere el recuerdo,
se pierden entre los temporales
y solo queda el soplar del viento.

Porque las palabras son sonido
y desvanecen con la distancia,
se olvidan al elevarse el frío
aunque en ellas aún quede la llama.

lunes, 3 de febrero de 2014

Canción (incongruente) de amor


Vaga el hombre en sus soledades
seguido por la luna llena
siempre buscando descubrir
lo que habita bajo la tierra.

¡Busca, amigo, busca
entre la tierra serena!

Canta la niña en su silencio
un río de plata y de piedras
encontrando en las armonías
lo que significa la pena.

¡Canta, niña, canta
hacia los cielos vacíos!

Llora el joven en un portal
por lo que se siente perdido
ahogando entre marinos tragos
lo que no se lleva el olvido.

¡Llora, chico, llora
volcado sobre la acera!

Rompe la mujer en su casa
con todo un pasado de hastío
yendo hacia su nuevo mañana
siguiendo la risa de un niño.

¡Rompe, mujer, rompe
con todos los desatinos!

lunes, 27 de enero de 2014

Una historia coruñesa (I)


Objetivos: No realidad, sino verosimilitud. Más sentimiento que dato; no, sentimiento no, sensación. Una aproximación desde lo interno a la objetividad externa, pues toda objetividad se percibe desde lo subjetivo. Al mismo tiempo, ignorar lo subjetivo, lo que significa no entrar en psicologismos baratos. Es mi subjetividad la que define en un primer momento el relato, luego el lector. Relato histórico, que no relato de la historia. Esto último no sería mi tarea, ni me hallo capacitado para ello. En un sentido beethoveniano, emplear el arte para lo que realmente vale: sensación, que no sensualismo. En estos ejes enmarcar la realidad, los hechos, lo objetivo que, aunque hablen por si solos, merecen otro tratamiento distinto del meramente historiográfico para retratar de una vez a los auténticos héroes (los reales, los de carne y hueso y sangre y vísceras) como los héroes se merecen y no como un compendio de acciones vacías de alma o una apoteosis del alma sin ninguna acción.

Restricciones: Ajustarse a los cánones del siglo XXI. Primero: prosa, no verso (aunque el asunto merezca un tono épico no se debe evitar el intimismo). Segundo: Sucesión de escenas cortas a modo de relato, no tratar todos los facta sino imágenes de los mismos, imágenes definitorias de sucesos y caracteres. Corto, breve, incisivo: para facilitar la lectura en línea y mantener el interés del lector sin caer en la folletinesca ni en la vulgaridad.

Método: Juntar una palabra con otra y así sucesivamente. Figuras retóricas ocasionales. Suma de semas orientada a alcanzar los objetivos propuestos sin salirse de las restricciones planteadas. Creación, en suma. Narración no pormenorizada, pero sí detallada.

Resultado:

Una historia coruñesa

Sucedió todo hace años, en esa vaga época de la cual se nos van muriendo los que la recuerdan. Sucedió también en un marco espacial, como todo lo que sucede, con una relación causa-efecto en la que los sucesos se sucedían el uno al otro como una especie de sino romántico (que siempre marca en el recuerdo la vida de los protagonistas de cualquier historia y más la vida de los que en esos momentos se dedicaban a una actividad como la de nuestros héroes). Sucedió, pues, en un marco espacial determinado: en una calle de esta ciudad plagada de lluvia y de malas miradas. La calle, ahora, es lugar de compras y helados de McDonalds; antes, era lugar de paseo y de sociedad, donde las chicas iban a mirar a los chicos y se fraguaban también otros dramas más convulsos y brutales.

Sucedió en un día de julio, caluroso (presupongo). Uno de esos días húmedos y pegajosos, donde el sudor es como sangre que corre por nuestras caras. Y allí, en la Calle Real (perciba el lector la ironía del nombre), una joven pareja (él, poco más de treinta años; ella, encinta) se dirigía entre los viandantes a su destino. Él remataba su cigarrillo con ese aire de tranquilidad que solo da la costumbre.

Se pararon un momento enfrente del portal para tirar y pisar la colilla. Ella sacó una llave de su discreto bolso. Vestían como obreros, gente del pueblo, pero aquello no era inusual; no solo la alta sociedad se daba cita allí para disfrutar del día despejado. En un establecimiento cercano un viejo monárquico acababa su chocolate mientras un falangista apuraba su vino. Por la calle paseaban algunas jóvenes acompañadas de carabina mientras los hombres las miraban con disimulo apenas contenido.

La mujer abrió el portal y le dirigió una mirada a su compañero. ¿Fue una mirada cómplice? Quizá. Él palpó lo que llevaba bajo su chaqueta para asegurarse de que seguía allí y, juntos, se internaron en el edificio donde todo iba a estallar de una vez por todas.


Morirán las estrellas en el frío


Morirán las estrellas en el frío
y el universo apagará su llama
en un mar de negrura que proclama
que todo lo que es bello está vacío.

Diluyéndose está toda frontera
(entre los átomos la nada crece
devorando la vida que florece):
el polvo volverá a ser lo que era.

En los hombres también surge el abismo
que con los años todo nos devora
dejando solo el seco pesimismo,

y en mi casa también muere la aurora
en la maraña turbia de mí mismo,
espectro al que le llega ya su hora.

miércoles, 22 de enero de 2014

La poesía caía sobre su cuerpo


La poesía caía sobre su cuerpo
deslizándose cual lágrimas de negra tinta;
en sus pechos florecía un bravo verbo
y entre sus labios un nombre de amor moría.

Las palabras se escurrían sobre sus ojos
precipitándose, raudas, como las olas;
en sus piernas, un susurro, suspiro sordo,
y el adjetivo sonando con voz de rosa.

Las azucenas cubrían su blanca piel
rozando sus dulces pies, pálidos pétalos
que la protegen del verso, del triste ser
que al cantarlos la ilumina, como con fuego.

Pobre niña que se escapa entre las flores
para que con las palabras la alma no brote.