miércoles, 22 de enero de 2014

La poesía caía sobre su cuerpo


La poesía caía sobre su cuerpo
deslizándose cual lágrimas de negra tinta;
en sus pechos florecía un bravo verbo
y entre sus labios un nombre de amor moría.

Las palabras se escurrían sobre sus ojos
precipitándose, raudas, como las olas;
en sus piernas, un susurro, suspiro sordo,
y el adjetivo sonando con voz de rosa.

Las azucenas cubrían su blanca piel
rozando sus dulces pies, pálidos pétalos
que la protegen del verso, del triste ser
que al cantarlos la ilumina, como con fuego.

Pobre niña que se escapa entre las flores
para que con las palabras la alma no brote.

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