Decir que
solo en el dolor confío
es razonable,
necesario, incluso;
porque lo que
no soy es un iluso
sino un
conocedor del negro hastío
que nos
devora pronto con su trío
de
inacabables horas, e inconcluso
aliento de
tormentas, y difuso
batir de
sucias alas sobre el río.
Decir que en
dolor tengo un amigo
es descifrar
con mis palabras hueras
las mil
verdades de que soy testigo.
Digo, pues,
con mis manos aún parteras
de las
memorias que traeré conmigo
que en mi
dolor se agotarán las eras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario