sábado, 26 de julio de 2014

El dolor


Decir que solo en el dolor confío
es razonable, necesario, incluso;
porque lo que no soy es un iluso
sino un conocedor del negro hastío

que nos devora pronto con su trío
de inacabables horas, e inconcluso
aliento de tormentas, y difuso
batir de sucias alas sobre el río.

Decir que en dolor tengo un amigo
es descifrar con mis palabras hueras
las mil verdades de que soy testigo.

Digo, pues, con mis manos aún parteras
de las memorias que traeré conmigo
que en mi dolor se agotarán las eras.

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