Pasa la noche en un latido
de corazón,
del suyo y del mío,
juntos,
respiro su aliento en un
compás delicioso,
romanza y amor en do
sostenido.
-¿En qué piensas?
-En ti.
Ya nada me preocupa
salvo el candor de su
abrazo,
ya nada me importa
salvo el sentir de sus
besos.
-Me ha gustado esa frase-
dijo ella arremolinándose
en mi ser
y su amor se volvió
eterno.
Deseo que esto no acabe
nunca,
pues no podría volver a
empezar
el cruento camino al
paraíso.
-¿En qué piensas?
La insoportable levedad
del ser,
del señor Bloom y de la
estúpida raza humana,
la Pastoral y el Canon
rivalizando con tu belleza.
¿Y qué sientes cuando me
besas?
-En ti-
dije yo acercándola a mi
alma desnuda.
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