Camarada, te
canto como al pueblo cantabas,
rozando con
el verso el sudor del obrero,
las lágrimas
caídas con cebolla y con nana.
Con truenos y
con rayos sonando entre los vientos
de la indigna
prisión que te encerró en España,
en la España
del fascio, del hambre y de los muertos.
Camarada, te
canto porque tu voz traspasa
los ríos y
los cerros con timbre cristalino
y con pasión
florida las montañas heladas.
Con el alma
te canto transcribiendo sonidos
de risa y de
dolor, de los niños del pueblo,
de las niñas
del campo, de tu sueño y del mío
porque los
comunistas escribimos con fuego.
No hay comentarios:
Publicar un comentario