Días son
otros que penas me da por decir,
donde todo es
la misma tempestad ilusoria
porque el
nombrar lo imposible equivale a mentir.
Digo que el
aire revuelve el olor de la escoria;
digo que el
mar y la arena por siempre combaten;
digo, así,
que en imposible torno la victoria.
Llegan
callados los sueños que tristes debaten
sobre la paz
o la guerra, el amor o el olvido,
y en poco se
olvidan los corazones que laten.
Lejos me
quedan los lloros, el luto perdido,
pero en la
calma se oculta la aviesa derrota
pues el ser
del olvido es olvidar lo que ha sido.
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