Anteriormente en Opus 133
Bienvenido, veo que ya
se ha despertado. Por desgracia debemos mantenerle atado, usted
comprenderá señor Conrad, ¿O debería decir señor Füller?
Ya veo que entiende a la
perfección de lo que le estoy hablando. Interesante, no sabíamos
con certeza hasta donde llegaba su conocimiento de la situación.
Tengo una historia que contarle, Brian, pero antes permita que me
presente, de nuevo. Mi nombre es Jonathan Ford y trabajo para el
gobierno de los Estados Unidos, para la CIA, en concreto. Es posible
que usted me recuerde, trabajamos juntos durante un largo tiempo.
Bien, ya veo que no me
recuerda y que se muestra poco hablador, quizás tengamos que
resolver ese pequeño problema de colaboración por su parte, señor
Füller, pero antes permítame contarle esa historia que le debo.
Quizás algunas partes le suenen, se lo advierto.
Corría el año 1958
cuando vino a este mundo un niño llamado Brian Füller hijo de unos
alemanes emigrados ante el auge del nazismo en su tierra natal. Este
chico era realmente brillante en muchos aspectos, tenía un talento
natural para la música y las matemáticas. Por desgracia no todo
sería fácil para él, con apenas seis años vio en primera persona
el suicidio de su padre, que siempre había sido un tanto depresivo.
Pero eso no impidió a este chaval entrar en Harvard y sacar la
carrera de matemáticas antes que nadie, no sólo eso, también
Física. Un chico inteligente, diría yo, como los que nos gusta
tener a nuestro lado.
La cuestión es que el
suicidio de su padre le había dejado un poco marcado y el chiquillo
se había planteado un objetivo vital. Había tenido, digamos, una
idea brillante. Según su teoría, mediante una combinación de música
y determinados tipos de radiaciones y esas cosas que estudian los
físicos se podrían eliminar por completo las enfermedades mentales.
Esta idea, en principio utópica comenzó a tener ciertos visos de
realismo cuando el señor Füller descubrió que, teóricamente,
mediante este procedimiento podía alterar los recuerdos de una
persona eliminando sucesos traumáticos de su pasado y
sustituyéndolos por experiencias más agradables. Fue entonces
cuando la agencia se interesó por el trabajo de este joven
matemático.
No hay comentarios:
Publicar un comentario