Aquello que espera, y afirma, y siente
vibrar esas pausas, calladas, nerviosas,
de jóvenes gestos que surgen a veces;
palabras fugaces, y verdes, y rojas,
cantando pasiones, y luchas, amores
de infancia pasada, de aquí y de ahora;
nombrando fugaz a la más triste noche,
solitaria y perdida en el abismo
de las insomnes pupilas y las flores
marchitas entre las páginas de un libro
olvidado de Neruda. Escribir,
por ejemplo, algo sobre nuestro sino
fatídico, romántico (color gris
ceniciento, o negro muerte, o azul
como el mar, esa inmensa masa sin fin).
Escribir, por ejemplo, a la juventud
que baila y sonríe en tan bella danza
mientras sueña con besos de videoclub
y gran pantalla, de extasiadas muchachas,
de romances sonoros llenos de verbos
y epítetos, donde nunca se acaban
las miradas, los encuentros, el deseo.
Escribir sobre esa chica alegre
que, riendo, inutiliza el adverbio.
Aquello que espera, y afirma, y siente
vibrar esas pausas, calladas, nerviosas,
de jóvenes gestos que surgen a veces;
palabras sencillas, y magnas, gloriosas,
cantando pasiones, y luchas, combates
de hombre valiente, de aquí y de ahora;
Nombrando la cárcel, lejanos lugares
donde los crueles mismos se adjetivan
sobre los ríos de la inocente sangre
de los héroes anónimos que sufrían
y sufren lo indecible, esos delirios
insondables de la humana caída,
delirios de raza, delirios-suicidio
que suicidan al hombre en su miseria
privándolo así de su interior más lírico.
Amigos, no en esos tonos, la comedia
aún no es finita, y la lucha prosigue
resoplando con resonancias poéticas,
avanzando hacia la aurora; y salpique
a quien salpique la marea del hombre.
La comedia aún no ha acabado, caciques
más grandes caerán que aquellos que se esconden
en los versos de la historia; ya que tiemblen,
pues llegamos para imponer nuestras voces.
Aquello que aspira, y afirma, y siente
vibrar esas pausas, calladas, nerviosas,
de jóvenes gestos que surgen a veces;
palabras fugaces, y verdes, y rojas,
cantando canciones, pasiones perdidas,
presentes, futuras, de aquí y de ahora;
existe en el mundo y trae alegría,
y es lo que es, y será y ya fue,
entre Neruda y Beethoven... poesía.
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