Morirán las
estrellas en el frío
y el universo
apagará su llama
en un mar de
negrura que proclama
que todo lo
que es bello está vacío.
Diluyéndose
está toda frontera
(entre los
átomos la nada crece
devorando la
vida que florece):
el polvo
volverá a ser lo que era.
En los
hombres también surge el abismo
que con los
años todo nos devora
dejando solo
el seco pesimismo,
y en mi casa
también muere la aurora
en la maraña
turbia de mí mismo,
espectro al
que le llega ya su hora.
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