Al mirar a
tus ojos
descubro las
estrellas
brillantes en
el fondo,
entre
azucenas,
y escucho mil
poemas
sonar en tu
sonrisa,
en tu boca
serena
de luz de
día.
¡Dichoso
aquel que mira
en tu rostro
de plata,
tu mirada
perdida
en las
montañas!
¡Dichoso
aquel que ama
la sombra de
tus besos,
el seno de tu
alma
y tus
cabellos!
Al mirarte
deseo
que tu
alegría brote,
un volver al
pasado,
tiempos
mejores
plagados de
colores,
llenos de
azul, de rojo,
de rosas y de
ocres
que ahora son
polvo.
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